EN BÚSQUEDA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
Por: Kofi Annan
Past Secretario General de la ONU
Imagínese un mundo de sequía constante, tormentas y hambruna, con islas, deltas y regiones costeras inundadas por el aumento del nivel del mar. Un mundo en el que millones mueren por la contaminación del aire y del agua, donde millones huyen en busca de lugares más seguros para vivir y otros luchan entre sí por el control de los escasos recursos naturales.
Ahora imagine un mundo con agua limpia y tecnología verde, en donde casas, transporte e industria utilicen con eficiencia la energía, donde todos comparten los beneficios del desarrollo, la industrialización y los recursos naturales de la Tierra y en donde esos beneficios pudieran sostenerse de generación en generación. Nosotros podemos elegir entre estos dos escenarios.
Durante los últimos dos siglos, los avances significativos en las condiciones de vida nos hicieron pensar que los obstáculos para el bienestar humano habían sido superados. Sin embargo, tan solo la enorme población del mundo, su natural deseo de beneficiarse de la prosperidad disfrutada hasta ahora por solo unos pocos y el uso sin precedente de energía y otros recursos, nos han llevado a un territorio desconocido.
La cuestión no es medio ambiente contra desarrollo o ecología contra economía, sino la integración de ambas. Hace diez años, con los acuerdos logrados en la Cumbre para la Tierra en Río, pensamos que habíamos encontrado una salida a esta situación. No obstante, el progreso ha sido más lento de lo que esperábamos. Los países desarrollados en especial no han cumplido con las promesas hechas, sean éstas de protección al medio ambiente o de ayuda al mundo en desarrollo. Los debates sobre economía y financiamiento aún tratan al medio ambiente como a un individuo no deseado.
Ahora se nos presenta una nueva oportunidad para solucionar estos problemas: la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible que se llevará a cabo en Johannesburgo, Sudáfrica, dentro de tres meses. Por sí misma esta reunión no cambiará la historia; pero creo que podrá ser un momento decisivo si se logran compromisos claros para impulsar el cambio que se materialice en cinco áreas específicas:
En todas estas áreas existen iniciativas que se pueden aplicar hoy mismo si se utilizan las tecnologías disponibles y se dan los incentivos correctos. Si invertimos adecuadamente en investigación, la ciencia nos dará más soluciones. El conocimiento siempre ha sido la llave para el desarrollo humano y será también la clave para el desarrollo sostenible.
Esta agenda puede ser muy ambiciosa para algunos y para otros limitada. Sin embargo, creo que representa un comienzo, esencial y posible, con el que debemos partir si queremos conservar la esperanza de una vida decente para nuestros hijos y nietos. De esto trata esencialmente la cumbre de Johannesburgo.